Como ya es costumbre, hemos estado un poco inactivos. pero acontecimientos extraordinarios requieren reseñas extraordinarias. Además, no saben qué bien se siente regresar siempre que ocurren cosas demenciales en los géneros de los que somos fieles devotos, y hoy no es la excepción. Tenemos ya varios textos sobre sonidos amorfos y encantadores como son el post-rock y algunas de sus variantes, también uno que otro universo emo-hardcore-screamero; sin embargo, cada vez que regreso a estos campos, la hoja vacía en medio de la computadora, todavía hay motivos para quedarse y desvanecerse en rolas-bandas místicas, leyendas vivas de nuestro tiempo.
Algo así me ocurre con Negrvs, uno de los nuevos pináculos de los dark-genres de México inmiscuidos en los destrozos del post-rock, el post-black metal, el post-shoegaze-ambient y el screamo-post-hardcore. ¡Qué pinche bandota, la neta! Si no fuera por las mierdas económicas y las fechas pandémicas, quizás ya nos habríamos conocido en el show de aniversario de nuestro amigo en común Alguien; pero bueno, la chamba debe continuar y me parece justo hablar de este proyecto al menos en este espacio, y qué mejor manera de remediar este suceso que con el estreno de su primer álbum: De Lúcidos y Atormentados.
Empezamos un poquito técnicos. Grabado, mezclado y masterizado por Rod Esquivel en Madre de Dios Estudio de la Ciudad de México (paradójico nombre pensando en el contenido del álbum), De Lúcidos y Atormentados es un trabajo emotivo, emocionante y catártico a más no poder. En ciertos aspectos, también es demoledor y sutilmente desgastante, en el sentido de que en él convergen una multitud de aristas que pasan de la tranquilidad al desgarro en pocos segundos, impidiéndonos descansar de las emociones de la música de Negrvs. Carlos, Israel, Emilio y Carlo realizan un trabajo espectacular, colocando cada instrumento en el lugar correcto y malviajándolo cuando deben hacerlo, ello sin descuidar una estética que va bien cronometrada hacia instintos primitivos de la corrosión y la gravedad.
De Lúcidos y Atormentados es, en esencia, un material paisajista, contemplativo y evolutivo a pasos certeros. El álbum toma su tiempo para avanzar, pero no por eso es lento; al contrario, es inquietante la mayoría del tiempo y agresivo cuando debe serlo. Desde la primera rola, Lúcidos, Negrvs juega con la construcción de ambientes a través de la percepción de los vacíos, la oscuridad y la saturación, pasando de efectos totalmente sacados de un post-black metal hacia espectros más dulces del ambien/post-rock.
Situándolo en otros espectros, podríamos seccionar al álbum en dos partes. La primera de ellas, compuesta esencialmente por Lúcidos, Atormentados, La Suma de Todos los Tiempos y La Abundancia del Vacío, nos sitúa en sonidos más templados (?). Nos encontramos con guitarrazos y bajeos poderosos, batacazos vehementes y sobre todo gritos típicos del skramz y un sabor agridulce en cada rola; y aunque podrían parecer bastante rudas y pesadas, no hay rola que no tenga esa pizca de esperanza que convierte a este trabajo en una fregonería. Ya lo decía, el álbum avanza a pasos bien fundamentados y cada rola es un segmento único en su tipo. Eso sí, el post-rock emerge desde los rincones menos esperados y termina de agregar ese toque contemplativo a la belleza de cada rola.
Ya cuando llegamos a la recta final del álbum, integrada paralelamente por Irremediable Suplicio y Belial, la cosa se pone densa: reluce ese sonido más bizarro y cochino del black metal, pero seguimos en esa línea de adrenalina de las demás rolas. Los instrumentos relucen a más no poder, los ritmos se aceleran y los riffs se tornan más oscuros, culminando en un final repentino, pero apoteósico.
La lírica, y cómo está ejecutada, también juega un papel relevante para los misterios temáticos y estéticos de este álbum. Oscilando entre el vaticinio de Lúcidos ("No hay sueño que sea eterno/Siento venir el desierto/Bendigo al destino incierto") hasta la presencia omnipotente de La Suma de Todos los Tiempos ("Se nubla la tierra, se quiebra el viento/No tienes más tiempo, no hay tiempo") y Belial (Se acabó, tu sentencia ha llegado/[Ya estás aquí]/Se acabó, tu alma se ha corrompido/[No hay dónde ir]"), la banda nos sitúa en territorios igual de inquietos que su música, y ahí también radica la genialidad. Y aunque las letras son relativamente breves (en cuanto a su composición escrita), quienes estamos acostumbrados a los gritos sabemos que este tipo de coincidencias lírico-sonoras son sumamente gratificantes en géneros como el metal o el post-hardcore, y este álbum jamás se limita en crear situaciones apasionantes, pero nerviosas.
Cabe resaltar una cosa muy importante: el post-rock de Negrvs no es convencional. Qué chingonería que sea así; viene aderezado de muchos otros complementos, tirándole más a un blackgaze de dimensiones infernales o un post-metal de distorsiones agudas. A pesar de ello, no hay que confundirlos; los momentos meramente instrumentales son una tremenda joya, aún para los puristas de un género que lleva más de 30 años de experimentaciones en el ambiente y la soledad. Mejor aún: para los escuchas más aguerridos de los desmadres sónicos y los gritos-skramz cargados, la música de Negrvs logra una fusión bastante bonita y un poder innato que resuena desde su primera rola.
Algo que también está muy vergas, y esto ya va a parte de la música de la banda, es el concepto artístico-estético del álbum. Siguiendo las líneas de la banda en la publicación de este trabajo, De Lúcidos y Atormentados está fuertemente influenciado por la obra de José Revueltas, quizá uno de los escritores comunistas más pútridos y lúcidos de Meméjico. Para los nerdos temerosos de la literatura como su servidor, la obra de Revueltas es parte fundamental de la historia cultural de los anarquistas y los presos mentales; y algo de ello hay por aquí. Desde el nombre de las rolas hasta su esencia misma, el primer álbum de Negrvs es un reflejo hacia la parte más oscura del inconsciente, repleta de bloqueos y celdas psíquicas que guían más allá de los abismos y los vacíos. Chutarse El Apando con este disco de fondo debe ser una experiencia ultraviolenta.
Finalmente, no me imagino cómo debe escucharse este álbum en vivo. Ya absorbiéndolo así, grabado de esa forma tan elegante y magistral, nos da una gran idea de ello; sin embargo, creo que la verdadera destreza, fortaleza y pasión del Atormentados debe venir mediante una serie de madrazos virtuosos y contagiosos en un escenario. Creo que esa es una de las mejores virtudes de este trabajo: presentarse desde el primer momento como un proyecto abismal, sincero y con una mezcolanza de géneros que, al fin de cuentas, convergen en un sonido penetrante, duro y poderoso. Negrvs contagia la fuerza de su música, más cuando tiene esos momentos de supuesta tranquilidad y melancolía que al final explotan en situaciones aberrantes y esperanzadoras.
¡Esperemos tener algún día a esta bandota en tierras tlaxcas! Ya si todo sale bien, posiblemente nos veamos en un show en alguna otra parte para desgarrarnos en comunidad. Sin más, juzguen ustedes mismos y ya me dirán si la música de Negrvs no es abismal, vehemente y despiadada en las visiones del vacío. Larga a vida a los géneros claroscuros...
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