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Foto del escritorDarla Abad

Vestida de rojo carmín: Carrie (1976)




El terror es, sin duda, de los mejores ganchos del cine, para algunos un fastidio en las salas de cine y para otros, un pedazo de carne nueva. Y digo carne por el olor, color y sensación de ella que bien se puede comparar con lo que la mayoría de las veces vemos en una cinta de este género y subgénero, como es el gore. Vaya, es lo primero que se me viene a la mente cuando hablo de una cinta que marca y deja fotogramas significativos en nuestras mentes por el resto de nuestras vidas, más no como algo que quisiera echarme a la boca.


En el caso de Carrie, tenemos una cinta que se desempeña como una, entre tantas, que ha envejecido con todos los honores, es decir, resulta atemporal y con una ambigüedad vibrante en la ficción. Es la primera obra de Stephen King, la cual fue escrita en 1974, así como la primera en ser adaptada al cine; a cargo de Brian de Palma, quien ya era conocido por Sisters (1972), desde su técnica voyerista hasta la pantalla dividida como un recurso para mostrar la doble perspectiva. Después de esta cinta se amalgama con otras formas del cine, como es su estilo hitchcockiano en Fantasmas del paraíso (1974) para después dar a luz a Carrie, dos años después.



Brian de Palma saltó a la fama con Carrie, su primer éxito comercial, después de hacer películas independientes, además de adentrarse al mundo del suspenso. De aquí, vemos que el erotismo y el humor satírico se le da bastante bien, junto con la exposición que le da a la violencia escolar que se vive muy constantemente y con mayor frecuencia en Estados Unidos. Del mismo modo, el fanatismo acapara la mayor parte de la película, pues imágenes cristianas abordan la pantalla, así como las normas y formas más arcaicas de la educación son las que predominan en este filme; falda abajo de la rodilla, no duchas en masa, cabello y apariencia desaliñada que demuestra el amor hacia Cristo y el desdén hacia la vanidad. Claro que varios de estos asuntos religiosos son hiperbólicos al punto de satanizar lo que apenas raya en la búsqueda de la personalidad e individualidad de los personajes adolescentes en el desarrollo de la historia. Tenemos de ejemplo cuando una madre sobreprotege a su hija de los “deseos carnales” que la rodean, cuando esta sólo busca socializar con el sexo opuesto.



La primicia de Carrie es, desde pronto, un periodo menstrual junto a un desnudo inocente; pasado de inocente, el cual se convierte en pánico y angustia para nuestra protagonista (Sissy Spacek). Carrie está totalmente confundida y en vez de recibir ayuda por parte de quienes se cree entienden la situación de desesperación, es todo lo contrario, pues el punto de quiebre sucede por las burlas y los tampones que todas arrojan a Carrie con temas suspensos de Pino Donaggio, quien es su primera vez con Brian de Palma.


Algunos de los rostros que exasperan a Carrie es la aterradora Margaret White, su madre, Billy Nolan (John Travolta) como el chico popular cero empático con su acompañante Chris Hargensen (Nancy Allen), Sue Snell (Amy Irving) amiga de Chris quien a poco muestra algo de consideración hacia Carrie junto con su novio Tommy Ross (William Kat) y la comprensiva profesora de educación física la señorita Collins (Betty Buckley), son quienes se presentan luego del incidente de Carrie en las duchas, los principales pros y contras en la historia y que sin duda alientan al espectador a disentir de ellos y apoyar a los otros que miran el pequeño gran don de Carrietta.



Los poderes telequinéticos de Carrie se ven en aumento conforme avanza la película, el primero: las lámparas de las duchas se estropean y todos los presenciaban asombrados con la coincidencia entre la ira de Carrie y el apagón. Luego, Carrie llega a su casa, un escenario hasta entonces desconocido, uno que está totalmente cerrado, oscuro, lúgubre y hasta parece sucio. Para este punto, las personas comprendemos que cualquiera se suicidaría en tal estado de la casa y si le añadimos el carácter de su madre, hasta a ella nos las llevamos al mismísimo infierno; simple sugerencia.



Cualquier síntoma de identidad sexual que Carrie tiene es también una forma de emitir mensajes directos hacia las paternidades de antes y ahora, a la libre elección de las preferencias y que a nuestro parecer, es totalmente válido y valiosos que una movie como esta tenga en el mensaje. De esto, partimos para mencionar el siguiente escenario al que se enfrenta Carrie, ya con menos malicia que al inicio y es con su compañera Sue Snell, quien se ha dado cuenta de los errores y martirios que causó en Carrie, como compensación y completa resignación, convence a su pareja Tommy de que él la lleve al baile, pues de cualquier forma ella está consciente de lo sucedido con Carrie y no ve mejor forma de enmendar la culpa que abrir una puerta nunca antes mostrada a Carrie, el baile de graduación. Un momento épico para la historia del cine de terror, pues Brian de Palma viste de rojo carmín a Carrie, hace que nuestros (porque tanto odio hacia una persona es imposible hasta que el espectador empatiza con Carrie) deseos más oscuros salgan a flote en una pantalla dividida, en la cual Carrie revienta con todo lo que tanto daño le ha hecho y hasta lo que no. Es decir, sus poderes telequinéticos salen a flote, ella entra en trance y su venganza es despiadada, su final es impactante con imágenes referentes a la imagen crucificada de San Sebastián y la esperanza es lo único que queda, aunque no es precisamente eso lo que Carrie aspiraba para su antagonista Sue Snell viva y con cargos de culpa.



Evitamos spoilers lo más posible, pero es correcto advertirte que la pesadilla no termina en aquella cinta, sino que continúa absurdamente 23 años después con Carrie 2: La ira (1999) de Katt Shea, quien sigue a Amy Irving en su mismo papel de Sue Snell que co estelariza junto a la nueva Carrie (Rachel Lang) como una versión de la hermanastra perdida, de ahí nos pasamos a una versión del tipo “televisiva” en 2002 de David Carson, que nos da una Carrie más tensa y traumatizada, creemos que raya en la exageración, pero no está de más decirlo. Por último, una reconfortante, para nuestro gusto, Carrie (2013), un vivo remake que protagoniza Chlöe Grace Moretz, actriz que a partir de este papel, se le ha visto apegada al suspenso y al terror psicológico: Suspiria: el maligno (2018, Guadagnino), La viuda (2018, Jordan), sólo para sustentar que Carrie (2013) no es tan mala pero tampoco reemplazo de la primera y única.



Otras cintas que recomendamos de Brian de Palma:

- Sisters (1972)

- El fantasma del paraíso (1974)

- Obsesión (1976)

- La furia (1978)

- Scarface (1983)

- Los Intocables de Eliot Ness (1987)

- Misión Imposible (1996)


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