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Foto del escritorDarla Abad

Pecados emanan opuestos aniquilados: Possession (1981)




Para llegar a esta cinta no fue necesario pasar por algún divorcio, menos por la necesidad de creer en cosas más allá de mi entendimiento, en cambio, sí la miramos porque teníamos que saber el porqué de aquella épica escena donde una mujer en azul, en una estación del metro solitaria, se revolotea y supura algo así como pus y sangre sobre un piso mojado. Yo dije: CONTEXTO.


Una producción franco alemana que está inundada de dualidades con justa razón, pues fue filmada en medio del conflicto inter alemán denominado Schandmauer (Muro de la Vergüenza/ Muro de Berlín) de 1961-1989. Tanto el director polaco Andrzej Zulawski (1940-2016), como la historia, toman forma en la Alemania Occidental que comprendía Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, estos tenían un tratado con la Alemania Oriental (el otro lado de modelo socialista propio de la Unión Soviética) que daba paso libre por la Cortina de Hierro, la cual favorecía la economía en aquella parte de Berlín.



Un ser extraño tiene una relación con una mujer casada, Anna, la cual se ve altamente influenciada por este extraterrestre, al punto de abandonar a su esposo Mark y hasta su absurdo amante Heinrich. Mencionamos que ambas partes fundamentales de este filme se formaron a partir del trasfondo histórico, esto desemboca en un director que se ocupó de escribir el guion; como producto tenemos al cine de autor, es decir, aquellas películas que siempre tienen mucha cooperación del cineasta por contarnos el chisme de su vida. Relata las dinámicas del matrimonio, las peleas, los celos, la infidelidad, el miedo del uno al otro y sobre todo el odio que genera el casi extinto amor. El claustrofóbico amor es interpretado por la diva del cine francés Isabelle Yasmina Adjani (Queen Margot, 1994/ Nosferatu, 1979), la cual interpreta dos papeles Anna y Helen, y por el otro lado, uno de los anticristos de la vida cinéfila, Sam Neil (The Omen, 1981/ Jurassic World, 1993), como Mark, ambos atraviesan por el divorcio, donde hay un hijo de por medio y muchas cosas comunes entre parejas que se resume en una pasión diabólica.



Fue una película polémica, desde luego, por tratar temas políticos que atacaron a la Polonia socialista (de donde proviene Zulawski), ser un drama terrorífico que desató la división de la misma cinta, pues en Estados Unidos no fue emitida al cien por ciento y en el Reino Unido la censuraron totalmente y no fue hasta el año de 1999 que pudo ser vista en las salas del país. Aunado a esto, su reestreno ayudó a volver a impulsar el largometraje en el año de 2009 en formato DVD, lo que le dio un nuevo público mucho más abierto al horror, además de que estas personas notaron lo adaptable que es el filme al terror moderno del nuevo siglo acompañado de basto gore, sudor y lágrimas. De este largometraje nacieron Suspiria (Luca Guadagnino, 2018), la experimental La región salvaje (Amat Escalante, 2016), Anticristo (Lars Von Trier, 2009) y hasta La bruja (Robert Eggers, 2015).



Frases dichas por el equipo de Possession como “Imagina que tiene sexo con el aire” o “Esto es pornografía psicológica” en nuestros millenials años tiene un peso más áspero, dañino, diferente. Puede ser releída, desde luego, pero las consecuencias son las mismas, Isabelle después de esta película no quiso volver a interpretar un papel similar ya que además de ganar un Premio César y el de Cannes a mejor actriz (1981) por interpretar a Anna, obtuvo un intento de suicidio y ella misma expresó que la cinta fue hecha en momentos de éxtasis juvenil, escenas que sólo puedes hacer si eres joven y atrevido, alguien que quiere más e ir hacia lo prohibido, en resumen.



Hablar de los efectos especiales en esta película da para mucho qué recordar, pues tenemos a Charles-Henri Assola, Daniel Braunschweig y el italiano Carlo Rimbaldi, este último con precedentes como Dune, E.T. El Extraterrestre, King Kong Lives, Profondo Rosso y uno de sus mejores aciertos fue dirigir Alien, mismo que lo hizo ganar el Óscar. Claro, hay ciertas similitudes del alien de 1979 con el que nos encontraremos en esta cinta, claro con un propósito sexual y con el fin de ser una dualidad, así como lo mencionamos con el Muro de Berlín.



Sin más preámbulo o dato extra, la imagen que deja Possession emite ansiedad, posesión (valga la redundancia) pero no necesariamente hacia Anna con esta suerte de posesión diabólica (como los argentinos dicen en sus traducciones) sino una apropiación del cuerpo ajeno que se construye a partir de la falta de fe o de la necedad de tener a un dios palpable. Agregamos que la vida de este matrimonio es una viva representación de “el divorcio”, de cualquiera que exista y por el cual se vuelve a relacionar con la disección de la guerra interna berlinesa. A ratos es surrealista con una imagen onírica que sólo eso pareciera, sin embargo, es todo lo contrario, ya que realmente hay un conflicto belicoso paseándose por ahí, burlándose de ellos y del espectador para que creamos es sólo un sueño, la verdad es que no.


El retrato erótico urbano es lovecraftiano, desde luego, con este tono de fábula que hace explotar un escenario sexual reprimido donde ya se juega entre lo real e imaginario, pues el paso estrecho entre estas dos simboliza el paso que todos conocemos: del amor al odio contemplado desde un Mark desesperado por saber en dónde está Anna o confundido porque la profesora de Bob (Michael Hogben), Helen, es exactamente igual que su esposa, con esto, Mark rechaza la imagen de Anna, pero a la vez, visualiza en Helen lo que quisiera fuera Anna. En contraparte, Anna detalla escenas llenas de danza, miradas perdidas; al tiempo que camina, cocina o grita, ella se lleva el espacio por entre las piernas cuando explícitamente se deshace en histeria cada que Mark exige, violenta su espacio. Todo esto realizado a partir de la ya conocida técnica del steadicam (El Resplandor) y que dejó capturado para la posteridad lo que somos y lo que queremos ser a partir de nuestros pecados, los cuales emanan lo opuestos aniquilados, siempre devorados por el más fuerte anticristo que sangra dentro de nosotros.


Algo de la filmografía de Zulawski:


● El diablo (Diabel) de 1972

● Lo importante es amar (L’ important c’est d’aimer) de 1975

Szamanka de 1996



Puedes ver la película entrando al siguiente enlace:





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