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Darla Abad

Nítido retrato de la metamorphosis: Black Swan (2010)




Es un sueño, quizá pesadilla, la que vemos dentro de los primeros cinco minutos de esta película. La protagonista de la ilusión parece una dulce niña envuelta en un pulcro vestido blanco, transparente, cubierto hasta las rodillas. Pero esta tiene una sombra, un cisne negro, o al menos la sombra de lo que podríamos llamar "el mal".



Darren Aronofsky es conocido por crear films basados en las enfermedades más miserables del ser humano: esas son las de la psique. Títulos como Pi: El orden del caos (1998), Réquiem por un sueño (2000) o uno de los más actuales ¡Madre! (2017) son producto de la dirección de este hombre estadounidense con interesantes orígenes judíos. No sabemos a ciencia cierta si esto influya en sus largometrajes, pero la religión o la idea de un Dios está bien presente en algunos de ellos, así como la figura en grises de los rabinos.


La protagonista, Nina Sayers (Natalie Portman), ronda entre los 28 años de edad y aún vive con su madre (auch, millennials) Ericka Sayers (Barbara Hershey). Nina es una joven virginal, todo lo que sabe del mundo se centra en la Academia de Ballet, la cual originalmente es The New York City Ballet and Manhattan, reconocida a nivel mundial y a la que la perfeccionista chica asiste. Parece que ha durado ya algunos años ahí, aspirando ser la próxima Reina Cisne Odette, al mismo tiempo que esto implica sustituir a la antigua reina Beth (si, Winona Rayder) siendo muy dedicada y estricta en sus movimientos y rutinas de baile. Vemos a una Winona joven y por el principio imaginamos a una "vieja" Reina Cisne madura, pero esto sólo quiere decir que el mundo del ballet desecha a sus bailarinas por ser rostros rutinarios, no decrépitos. Nina suspira a ser como Beth, aunque la mente le ha de jugar una partida muy difícil en donde ella es sólo un peón de sus emociones y anhelos.



Por otra parte, y como ya conocemos, la base de la película pertenece a un cuento ruso narrado a través del ballet y está dividido en cuatro actos. Obviamente, el guion no es fiel a estos actos escritos por John McLaughlin, Mark Heyman y Andrés Heinz. La obra fue un encargo del "Teatro Bolshoi" en 1875-1877 con las piezas de Piotr Ilich Chaikovski y coreografía de Julius Reisinger. La historia es de una reina joven llamada Odette que es convertida en cisne por un brujo malvado, Von Rothbart. Ella se enamora del príncipe Sigfrido, pero este es seducido en su mayoría por Odile, la cual representa todo lo opuesto a Odette. Al final, la joven reina no consigue el amor del príncipe, motivo por el cual decide suicidarse. Bastante trágico y en palabras de Nina: perfecto.



Se sabe que, no extrañamente, Natalie Portman comenzó a tomar clases de ballet un año antes del rodaje de la película, aun cuando no había hecho casting, y bajó más de siete kilos para parecer una verdadera bailarina profesional, así como el logro de una voz más suave para interpretar a su personaje, entre otros desbarajustes que sufrió durante la filmación.



En los personajes secundarios, pero no por eso menores en sus roles, tenemos a Mila Kunis, recomendada por N. Portman, además de ser en la vida real una vieja aprendiz del ballet clásico. Ella es presentada como Lily, la antagonista que se encarga de moldear a la versión oscura del cisne: Odile. También está el director de la puesta en escena de El lago de los cisnes, Thomas Leroy (Vicent Cassel), que en apariencia es parte de la oscuridad de Nina, quien la forza para lograr un cisne negro sensual y a la vez representa la extensión de Von Rothbart, el brujo.



El cisne negro es un trabajo diferente, pues basado en varios cuadros de la aclamada movie animé Perfect Blue (1997) de Satoshi Kon (que también te recomendamos ver), entendemos que va más allá de lo reflejado en pantalla. Ambas cintas se centran en la inocencia de las mujeres y cómo estas van cambiando de acuerdo a las exigencias sociales y, más todavía, de los reflectores. Un recurso constante y poéticamente bien utilizado es el de los espejos, que crean un mensaje de ambigüedad realmente perturbador. Estos aparecen durante toda la película y forman varias imágenes como un túnel sin fin o recovecos borrosos y nítidos frente a frente, los cuales generan una sensación de pánico y confusión; esto fue trabajo de Matthew Libatique en la fotografía, quien utiliza los colores en blanco y negro a la par de la música modificada por Clint Mansell, ambos bien conjugados.


Esta pieza cinematográfica fue catalogada por la productora Fox Searchlight como un "psico-sexual thriller", pionera en el género. La cinta fue estrenada con la idea de reflejar la competición abrumadora en el mundo del ballet, y claro que se esfuerza en mostrar al arte en su forma más delicada y bella; sin embargo, lo posterior a ello tiene una conversión siniestra. Si nos detenemos a pensar, la película se mueve dentro de las dualidades: niñez contra adultez, inocencia y rebeldía, oscuridad y luz, virginidad frente al despertar sexual erótico. Todo esto junto, pasando de un lado a otro, angustia al espectador a la vez que lo maravilla.



Detrás de este trabajo tenemos cintas como Drácula (1931) y The music lovers (1971) de Ken Russell. La primera porque de forma oscura, y a manera de introducción, hayamos la pieza de Tchaikovsky en un film que se ha vuelto un clásico del terror; la segunda, cuenta fragmentos de la vida de Tchaikovsky, pero en especial donde su esposa Antonina Miliukova asiste a un concierto compuesto por su esposo y a ella no le agrada del todo. Cabe mencionar un dato curioso, ya que la esposa del compositor tenía por sobrenombre Nina, como nuestra protagonista de Black Swan.



Ya terminando esta recomendación, está de más mencionar el empeño de Portman en esta cinta. No sabemos si ser graduada en Psicología por la Universidad de Harvard haya influido en su convencer al público con tremendo papel, pero la sensación que genera ser manipulado por ti mismo se clava en nuestras mentes desde el inicio. Además, podríamos mencionar más y más detalles de esta película, sin embargo, creemos firmemente que sería aferrarnos a una sola interpretación, aparte de mandar spoilers por doquier. Te invitamos a verla o si ya la viste, verla de nuevo, porque son de aquellas piezas claves del cine que nunca se acaban. De un momento a otro, al finalizar la película, verás o serás el nítido retrato de la metamorfosis.




Algunos premios otorgados a Black Swan:

● Premio Óscar a la Mejor Actriz

2011 · Natalie Portman

● Independent Spirit Award a la Mejor Película

2011 · Mike Medavoy, Brian Oliver, Scott Franklin

● Premio Marcello Mastroianni al Mejor Actor Joven

2010 · Mila Kunis

● Independent Spirit Award a la Mejor Dirección

2011 · Darren Aronofsky



Puedes ver la película entrando al siguiente enlace:



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