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Foto del escritorEnrique Chávez

"Kenny Basura" de Solares: la tragedia de los días finales


Ya tenía rato que no escribía sobre algún sonido más movidón y me siento algo oxidado, pero vamoa' darle. Una de las cosas que más me laten de algunos géneros como el melodic punk es el contraste entre la agresividad-pasividad como método de simbiosis sonoro. Y claro, ya conocemos cómo actúa el punk-rock clásico o "contemporáneo-purista" en ciertos escenarios y momentos específicos, pero no podemos negar que al menos una vez hemos disfrutado algún desmadre punketo. Sin embargo, meterle una variante más nostálgica, consciente e iluminada con un sentimiento de introspección sí que puede darle uno que otro toque especial y una vibra mucho más ad hoc a nuestro panorama punk. Y no mamar, en México se hace buen punk-rock. No importa si son bandas colosales o proyectos emergentes, siempre habrá nuevos mensajes y nuevos panoramas para acongojarse. Y qué curiosa es la vida y la coincidencia. Al parecer chingos de bandas y artistas se pusieron de acuerdo para lanzar EPs o LPs este viernes 25 de septiembre, y dentro de este tumulto de bandas (que hemos reseñando poco a poquito en esta página) están Solares y su nuevo EP: Kenny Basura. Aaah, la madre. Qué buen álbum tenemos de esta bandota de Tláhuac.




Grabado en Periferia Records, y también por el buen Rick Villagómez (Trve Friends/Point Decster), y mezclado y masterizado por Leonel Vázquez durante los meses de junio de 2019 a abril de 2020, Kenny Basura es un EP que defiende y refresca su género en la variante mexa. Yael Vital, Pedro Palma y Adrián Solares encuentran un punto de flexión muy vergas en este material, ya que todo se siente en total armonía, sincronización y, sobre todo, naturalidad. Creo que esta es una de las partes más cabronas del Kenny Basura, ya que todo fluye en diferentes situaciones individuales, pero todo logra cuajarse en un mismo trabajo y una misma estética. Tres rolas son suficientes para mostrarnos cuál es la fuerza y el rumbo de Solares, y aunque todas ellas se nutren de un melodic punk reservado, frenético o sensible, cada una se adecúa a sus propias experiencias y a su propio ritmo. ANMQPER, Lorelei y Montes Cáucaso son excelentes rolas para detonar el perfil de la banda, y creo también son un gran agregado a la escena del melodic punk mexa.



El Kenny Basura ronda una idea en general que permite explorar todas sus intenciones: la tragedia. Temas como el compromiso, la separación, el engaño o la adaptación son parte fundamental de la construcción de este EP, y de ahí se va adaptando el proceso sonoro y creativo de la banda. Solares encuentra en estos elementos una fuerza gravitatoria muy cabrona porque gracias a ellos podemos identificarnos mucho mejor con el EP. ANMQPER inicia el viaje con una lírica sumamente desconsoladora e íntima, pero que está matizada desde lo mejor que tiene este álbum: el dinamismo. La guitarra y el bajo son ágiles, con ese toque de tensión que termina por desfallecer y que rompe el aura de la tragedia, mientras que la batería es increíblemente gratificante y logra amarrar cada instrumento en una parte específica de nuestros oídos. Aquí ya podemos toparnos con la sutileza lírica de la banda y esas referencias hacia la fatalidad: "Nunca supe por qué esto terminó / Me convertí en tu peor error". ANMQPER resulta un gran comienzo porque nos dice "agárrate, vamos en este mood y todavía falta desconsuelo por tragar".


Lorelei es, sin duda, mi rola favorita del EP. En un principio es nostálgica, con un toque de sosiego que le va muy bien a la idea temática, pero poco a poco encuentra su ritmo y arranca de forma precavida. Después de una intro emotiva comienza la dureza de la rola y el grito de agonía resuena en todos sus rincones. Es movida, con esa gracia que permite recrear el tema de la ceguera y la revelación: "He visto tu rostro con mil semblantes / Y nunca pude ver más allá de tus ojos / Tu máscara cubre tus ojos / Y tu resplandor tuve que apartar / Para ver las cenizas". Sin temor a cagarla, esta rola debe ser una pinche genialidad en vivo. Seguro arma buen slam y un griterío de esos que se te quedan atorados hasta el siguiente día.



Montes Cáucaso puede que sea la canción más positiva del álbum, y algo tiene de ello. Es más bien un viaje introspectivo, con ese sonido esperanzador que viene de lujo para la lírica de la rola: "¿Qué pensaste al salir de casa? / y cambiar tus sueños por fracasos / ¿Qué pensaste después de todo el daño que te hizo? / No quiero volver a verte llorar / Regresaste a aquel lugar que prometimos olvidar". Alv, esta rola también es una joyita. Tan sólo tienen que toparla para escuchar cómo Solares establece un viaje donde las pasiones, el recuerdo y la trascendencia del dolor se convierten en carne viva de lo que alguna vez fuimos. Neta, el Kenny Basura es un álbum para reflexionar de eso mismo: porqué chingados nos sentimos basura. Y qué mejor forma de hacerlo mediante un melodic punk bien metido en las entrañas de la suciedad, la carencia y la desidia.


Una cosa muy vergas de este EP es el lenguaje con el que está construido. Más fácil sería andar escribiendo líricas desde un contenido metafórico, con ciertas insinuaciones hacia el final de un pedo emocional o la situación interior de uno mismo, pero aquí Solares hace algo increíble: jugar con todos los factores emocionales a manera de lamento. El lenguaje lírico es cotidiano, sin destellos de pretensión, pero aún así con una vibra muy chingona que todos compartimos a lo largo de nuestra vida. Complementar este rollo con los ritmos frenéticos o mesurados del género punk solamente provoca un mayor entusiasmo de escuchar este EP una y otra vez.


Kenny Basura no le pierde a nada, e incluso me hace recordar a algunas bandas hermanas del género como Trve Friends o Huéspedes. Encontramos en estas bandas un sonido que recuerda a la mierda emocional desde una perspectiva íntima, y que a fin de cuentas nos revela pequeños retazos de nosotros mismos. Con Solares pasa lo mismo: encontramos grandes momentos de diversión y energía que se contrastan en líricas sad e introspectivas que terminan por amarrar todo lo que quiere decirnos el Kenny Basura. Esto es lo bonito del álbum: dejarse llevar por una ráfaga de guitarrazos, un bajo netamente punketo-noventero-clasicón y una bataca que retuerce los sentidos. Podría escuchar el EP chingos de veces y siempre encontraría ese momento específico para recostarme o salir expulsado de mí mismo. Siéntanse cómodos de disfrutar un álbum preciso y corto, pero no por eso menos apasionante y rico en sorpresas anti-depresivas.



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