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Foto del escritorEnrique Chávez

Hombre Nutria: trips inefables en la ecuación slowdiveniana



Veeerga, qué rico se siente volver a escribir de shoegaze mexa. Ya saben que me mama el género, pero qué mejor forma de celebrar su historia y su sonido que metiéndonos a la vertiente de nuestras tierras e integrar varios madrazos inmersivos, etéreos y chingonsísimos. Siempre lo voy a reafirmar, los grupos de Facebook arrojan joyitas ocultas y esta vez me tocó la fortuna de toparme con otro gran proyecto de shoegaze/dreamgaze de la Ciudad de México: Hombre Nutria. Luego luego sabes cuando un proyecto tiene lo suyo, y he de decir que Hombre Nutria es una de esas bandas que llevan al shoegaze varios niveles por encima del desmadre y lo convierte en una experiencia hipnotizante y afligida.



Con tan sólo un álbum estrenado en 2019, Fulgor, y un sencillo de 2015, Resplandor, el sonido de Hombre Nutria para mí ya está más que cuajado y adentrado en los terrenos reverberiosos del shoegaze. Integrada por Rodrigo Chalico, Fernando Cruz, Jesús Sánchez y Raúl Morales, la banda pasa por diversos moods que nos llevan de la penumbra instrumental a los malviajes inefables. Fulgor, grabado en Estampida Records, representa todo un trip compuesto de diferentes perspectivas y mareos, y de ahí viene su magia. Colapso, Vida Monótona, Luna, Debería, Frío, Silencio, Derrota y Sabio nos hablan desde sus propios títulos y sorprenden mucho más cuando nos damos cuenta de que es un shoegaze que casi casi le tira al dreampop o al noise ambient y se convierte en un paseo intangible.


Supongo ya lo leyeron en el título de la nota, pero hay que repetirlo y explicarlo: el paisaje sonoro de la banda ya viene pre-sampleado desde una estética shoegaze "purista", pero que no por eso deja de ser fresca, bailable y sumamente gratificante. Me explico; poquito después de haber iniciado el trip de su más reciente álbum supe que la banda anda bien metida en esas mareas dulces y pastelosas del shoegaze de antaño tipo los primeros años de Slowdive u Old Magic Pallas, incluso como un viaje más relax de los norteños Memory Leak. Cada instrumento de Hombre Nutria está en el puesto correcto: las guitarras tienen sus contrapuntos de riffs telúricos o descensos suaves, la bataca actúa como un filtro para los cambios de intensidad o desahogo, el bajo remata cada secuencia arcana y la voz es sumamente complaciente, íntima y desganada, lo suficiente para convocar una de las manifestaciones shoegaze más vergas que podríamos tener en el territorio mexa.



En general, el shoegaze de Hombre Nutria se nutre (qué cagado) de un bosquejo de antimateria y deleite "cósmico". Como ya dije antes, la banda se suma a esa formulita purista-slowdiveniana donde lo que más importa es crear un ambiente netamente etéreo, conciso y "mágico", por si quieren verlo de esa forma. Esto es algo muy vergas porque contrasta de gran manera con ese shoegaze más ruidoso y agresivo, pero jamás pierde esa esencia a lo largo de la música de la banda. Hombre Nutria juega bien sus cartas y nos mete a un territorio íntimo y sublime donde el shoegaze te eleva como ese pinche meme de Winnie Pooh bien ácido con When The Sun Hits. Así se siente el desmadre de la banda: un pazón de instrumentos y voces que parten desde otro plano y nos erizan.


La lírica de los compas de Hombre Nutria también esta cargada de esa dulzura y apacibilidad de sus rolas. Mezclando cierta tendencia indie con toques shoegaze, las letras de la banda están construidas desde la descripción pseudo onírica y los ambientes cotidianos. A mí me maman Luna y Debería; creo que estas serían las rolas predilectas para meterte de lleno a las caricias, murmullos y voces incandescentes de Hombre Nutria, además de que sirven de gran ejemplo para descubrir cómo ellos crean su lírica: "Ay mi linda luna, / corazón de laguna. / Sueñas despierta, / ardes cual cometa"; "Si le digo que la he extrañado podría pensar / que no sé vivir si no está mi otra mitad. / Si le digo que no la extraño podría creer / que yo ya no la quiero ni ver. / Debería llamar, / debería llamar. Pero no sé qué / decirle". Podrían parecer letras muy melosas, pero nada más alejado de la realidad; son rolas sumamente cercanas que logran empatar con nosotros desde esa rima sutil y decantada. Pasando de la monotonía al amor o del vacío a la duda, las rolas de Hombre Nutria están cargadas de un sentimiento íntimo que habla desde la experiencia y las sensaciones primigenias del cuerpo-alma.



Así que ya se la saben: Hombre Nutria, una de las nuevas revelaciones del shoegaze nacional (nomás para mí porque me los topé hace pocos días y por imbécil). Ni tan revelación porque llevan talacheando desde hace un par de años, pero qué mejor forma de acercarnos a un movimiento mexa híper macizo que con las bandas que lo han estado creando y depurando desde sus propios conceptos. Si bien la banda pertenece a ese territorio incorpóreo de la escena dreamgaze, definitivamente son uno de los sonidos más centrados de este pedo. Es bien difícil encontrarte con una banda de shoegaze que no te aburra por ser repetitiva, y Hombre Nutria es el ejemplo perfecto de cómo rasparle a un sonido "ya clásico" y revelar sus tintes más estimulantes, proto-románticos y afables. Ahí lo tienen; dense un bazucazo con estos compas y me dicen cómo les fue.





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