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Foto del escritorEnrique Chávez

HESHER: El chico de la metáfora del testículo

Por Darla Abad





Después de su post-apocalíptico cortometraje I love Sarah Jane (2008) con Mia Wasikowska (hoy conocida por Alicia en el país de las maravillas), el director Spencer Susser realiza su único y primer largometraje: HESHER (2010). Por la tipografía del título de la película seguro pensarás en Metallica y después en un tipo que reencarnó como Jesucristo, pero con unos cuantos tatuajes caseros.


Esta es una película con un estilo impreciso: la cámara se mueve por todos lados como si fuera un acosador de los personajes. Ya mencionamos a uno, estelarizado por Joseph Gordon-Levitt (Hesher), pero la historia comienza con otro chico llamado Thomas J. Forney (Devin Brochu), expuesto de manera sencilla y corta como T. J. casi todo el tiempo (ya sabes, los nombres verdaderos salen a la luz hasta que llegas a la cárcel y con Thomas no fue la excepción). Este es un adolescente de trece años que enfrenta la fatal pérdida de su madre, a la par lo hace su padre Paul Forney (Rain Wilson) en la casa de la abuela Madeleine (Piper Laurie). A dos meses de esta tragedia, Paul decide deshacerse del auto en que su esposa perdió la vida; de hecho, T. J. también iba a bordo, él apenas con un brazo fracturado y una ausencia maternal que parece irreparable, pues el pequeño no abandona la pesadilla de aquel día, tratando de recuperar el cacharro ya inservible. Luego, al llegar al deshuesadero, le prohíben estar en el auto y un chico problemático, Dustin (Brendan Hill), intenta sacarlo a la mala, hecho que molesta a T. J., quien aplasta la mano de Dustin con la ventana. Más adelante, Thomas será víctima de acoso por parte de Dustin.



T. J. empieza con sus propios problemas hormonales, pero aparece Hesher (no sabemos si eso pueda ser un nombre) seguido de Nicole, el amor platónico de T. J. en forma de defensora de pequeños sufre bullying. Pero regresando con el metalero y su inusual forma de conducir (una camioneta de la cual no sabemos de dónde saca para la gas), Hesher es un antihéroe fabuloso: tatuado, dinamita como arma, sus espinacas son las cervezas combinadas con cigarrillos, además de tener el súper poder de joder la vida de la gente de forma natural. No obstante, es sólo un efecto secundario de su peculiar proceso de sanación aplicado ahora en la familia Forney, ya que el tipo posee un carácter pasivo agresivo, el cual provoca una sensación de bienestar y compañía para la familia, como un sostén de su dolor. Además, mantiene una amigable relación con la abuela Madeleine de una forma un tanto singular (fumando cigarrillos "medicinales" con un bong y previniéndola de que no sea violada por el mata viejitas).



En otro momento Paul y T. J. tienen una fuerte discusión que hace sentir mal a la abuela, por ello, Hesher promete ir de paseo con ella, sin embargo, ese paseo no llega y sucede la siguiente tragedia, la abuela fallece repentinamente. La pequeña familia cae emocionalmente de nueva cuenta y con ellos Hesher, aunque las emociones de este salen a flote: pensando en cómo no dañar al padre e hijo, y abandonando la casa.


El duelo es vivido de una manera violenta y ruda, a la vez que tierna y divertida, pero con un toque de humor negro. Hesher, llega a ser como una implosión de emociones que va desde aventurarse con Nicole, hasta llegar al funeral de la abuela Madeleine e interrumpir con otra de sus historias metafóricas, sólo que esta vez parte de la pérdida de un testículo. La metáfora del testículo, por más absurda que sea, cobra sentido para T. J. y Paul. La abuela, la única chispa de esperanza que había para los dos; desapareció, y Hesher es el único que corresponde a tal tristeza de forma madura.



La música es otro ingrediente agresivo a la cinta, pistas como Rock Out de Mötorhead en medio de una de las locuras de Hesher y su aprendiz ocasional, T. J., dan la sensación de estar con un hermano mayor adicto al porno, al cual no le caes bien pero, de vez en cuando, te ayuda a escapar de tus problemas. Asimismo, si tienes más de veinte años y te encuentras desempleado en plena pandemia, seguro ya eres un Hesher de clóset. Por otra parte, la figura de Nicole es desaliñada, común y corriente: sólo es tierna y aunque es interpretada por Natalie Portman no vemos a un cisne negro psicótico, así como tampoco vemos a un Gordon-Levitt sufriendo por una Summer. En definitiva, esta película es diferente, de hecho única por parte de Susser, que oportunamente ganó el premio a mejor película en el Festival de Philadephia, al igual que una nominación a mejor película dramática en el Festival de Sundance, ambos en 2010.


El ambiente de este filme es no convencional; Paul y T. J., seres insoportables entre sí; T. J. y Hesher, dos amigos disfuncionales; Hesher y Madeleine, amigos, pero a la vez abuela e hijo, todo se une en ellos, a pesar de ser diferentes en edad y estilo de vida. Hesher termina dejando el auto compacto en el jardín de la abuela junto con una nota, ¿en dónde?, en el techo de la casa, para variar. Así que, al finalizar la película, desearás tener a alguien así en tu vida para que sacuda tu tristeza con una rolita de Metallica, una especie de ángel de la guarda caótico.





Pueden checar la película en los siguientes enlaces:

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