Desde el 2017, Vientre, banda de post-hardcore de Santiago de Cali, Colombia, ha destacado como una de las propuestas más sólidas dentro de su género. Aquí en México gozamos con el screamo y el post-hardcore, y por ello apreciamos un chingo a la banda y estamos atentos a todos sus movimientos dentro de la escena latinoamericana. Estamos identificados en esa aura donde convive el desmadre y el hastío de la vida. Vientre nos encanta por toda la energía que irradia en su discografía; ya ni se diga en vivo, donde la banda puede destrozarnos con lo mejor que tiene. Las Huellas Que Dejamos (2017) y Semillas (2018) son LPs que traen un ritmo y una vibra muy cabrona, en el sentido de que saben cómo crear ambientes y llenar un vacío personal con una variedad de encuentros con la soledad, la personalidad y la memoria. Tampoco se nos olvida el split con Hardwar (2019), que también está macizo y continúa con la vibra de la banda. Rolas como Páramo, Semillas, Abismos, Desa[prender], Sueños y Des[aparecer] me parecen de lo mejor en su producción; Carlos Escobar, Isaac Erazo e Ivan Zapata nos muestran con ellas una carta de presentación y nos preparan para la tormenta que traen en su proyecto. Cada que puedo me permito una buena sesión de trabajo con alguna rolita de Vientre, matizando grandes experiencias y grandes emociones. El post-hardcore le queda genial la banda por todo el núcleo temático que nos regalan en cada voz y en cada grito, logrando una unidad entre el mensaje que quieren transmitirnos y la ejecución de los instrumentos.
En estos días de cuarentena, ya metidos en la sintonía del bajón y la crisis moral, Vientre nos presenta un nuevo EP titulado Fronteras. Grabado en Carne Débil y acompañado del arte de MUDØ, quien en forma de collage nos representa el rostro de la desolación y la desidia, este EP es una chingonería en todo su concepto y ejecución. Qué podríamos decir de este nuevo material que la banda no nos haya dicho antes: Fronteras es una deconstrucción de la identidad y de la mente. Pero no hay que confundirnos, este EP trae algo nuevo que le agrega madurez y agresión a la estética de la banda, que ya de por sí era una delicia y un consuelo en el vacío. Ya habíamos tenido un breve vistazo de lo que sería este EP con Fronteras, sencillo lanzado a finales de enero de este año y que también causó gran furor en los seguidores de la banda. Esta rola es única en su tipo, y creo que es de lo más cabrón que tiene la banda hasta la fecha, pero podemos entenderla mucho mejor si la agrupamos en el EP y lo escuchamos a manera de recorrido "lineal".
Fronteras es breve, apasionado y llega directo al meollo del asunto con sólo cuatro rolas en su composición. Cada una de las canciones presenta una rabia interior para describirnos a nosotros mismos, estructurando las fronteras del título en cómo logramos la percepción de nuestra identidad. El EP comienza con Sombras, rolita que inaugura el camino del material a partir de un riff siniestro que toma fuerza en su propia brevedad. A este lo acompaña un noise de fondo, similar a una combustión o un crujir de cristales/hojas secas, además de una secuencia de suspiros. Es inquietante, y ya nos adelanta la fuerza que tendrán las siguientes canciones desde la ansiedad de la espera. Albor y Memoria Temporal no se quedan atrás; es aquí donde reluce el post-hardcore de los colombianos, inclinándose a una densidad que nos hunde en la estética de Vientre. Agresividad y desconsuelo es lo que nos ofrece la conciencia del fracaso, la descripción de un pasado condenado a repetirse y el intento de sobreponerse a la marea de la vida.
A partir de este punto comienza la verdadera comunión entre los miembros de la banda. La guitarra y el bajo suenan increíbles, realizando batallas de sonidos graves e inundando cada canción con una atmósfera cruda y emotiva; la batería acompaña a los otros instrumentos, guiando el ritmo de la locura y el caos con una serie de golpes certeros. Ya para complementar y amarrar la ecuación, la voz entra en el juego con un screamo desgarrador, encontrando momentos de desconsuelo que se configuran en lamentos y denuncias líricas. Me encanta este fragmento de Albor que nos dice: “Perder, el día eclipsar, retar al miedo / Eterno frente a la luna, el mar me esperará”. La esperanza y la perdición se nos muestran como un mismo encuentro, logrando que el post-hardcore de Vientre actúe en terrenos donde el sosiego nos resulta ajeno y extinto.
Para finalizar la armonía antagónica del EP tenemos a Fronteras. La rola en sí misma viene a indicarnos el final del EP desde una crítica de la individualidad, donde la miseria y la soledad son consecuencia de la poca empatía entre el yo y el otro: “No entiendes / Soberbio, solo mientes / Destruyes cada lazo / Te encontraras siempre solo / Soberbio, desprecio demuestras”. Fronteras es magnífica para terminar este EP, destacando el tema testimonial como parte de la reflexión de quiénes somos y qué es aquello que nos detiene en las fronteras de nuestra idealización.
El nuevo EP de Vientre está construido sobre una breve conciencia, apenas una chispa de dolor que nos carcome y que aún así logra adentrarse en los rincones de nuestra identidad. Así como inicia este EP, termina: Fronteras se dirige al problema de forma directa, hablándonos de la condición de la memoria para entregarnos momentos fugaces y llenos de un arrebato que nos descubren como humanos sensibles a los problemas cotidianos. La banda logró construir un álbum titánico, que adquiere un sentimiento de aprecio por la corta duración que se contrasta con la vibra y la maestría con la que está compuesto. Fronteras es un EP que nos deja con chingos de ganas de escuchar más música de la banda en un futuro. Sin duda este es un gran EP de Vientre que le hace justicia a su estética y a su material previo, demostrando que la banda tiene muchas más experiencias de las que hablarnos y sonidos envolventes, oscuros y coléricos en los que expresar su propuesta.
Topen Fronteras en Bandcamp y YouTube y apoyemos a una de las bandas más cabronas del post-hardcore de Colombia, quienes alegraron estos meses de incertidumbre y pandemia con nueva música.
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