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Darla Abad

El potencial de la rareza para con la locura: The Craft (1996)





El tema de las brujas es interminable (más en esta sección) por ello convocamos esta ocasión especial por el aniversario de The Craft (1996), pues el pasado 3 de mayo se cumplieron 25 primaveras de su lanzamiento y el año pasado (2020) se estrenó la secuela, The Craft: Legacy, con un elenco joven, temas no tan nuevos y un supuesto trasfondo más intenso del que hablaremos más adelante. Esta movie marcó a toda una generación en donde abundaba la brujería noventera como una forma revolucionaria femenina no asociada a Lucifer y sus derivados, mas sí de alguien que maneja fuerzas asociadas a la madre naturaleza; así que es buen momento para la nostalgia de varios colegas envueltos en un velo medio retorcido de magia y hechizos.


Comencemos con el director Andrew Fleming, también guionista junto a Peter Filardi para crear esta historia, quien para ser honestos tiene toda la pinta de tener los típicos clichés adolescentes: noviazgo fallido, familia disfuncional, bullying, discriminación racial, virginidad, entre otros. A eso le agregamos la traducción hispana del título toda básica, Jóvenes brujas, aunque lo que sea de cada quien, funcionó para tener la aceptación, en ese entonces, del público; ya con el tiempo, además por los tintes ocultistas que contiene, se convertiría en una película de culto. Aquí las razones del porqué, pues por muy simple que parezca, tiene sus aciertos.



En el reparto tenemos principalmente a cuatro chicas que poseen algunos poderes brujeriles relacionados con un dios llamado Manon, que en realidad se basa en la deidad gaélica del mar Manannan. La primera, Sarah Bailey (Robin Tuney), quien tiene poderes mágicos en un tono más nato, como algo que ha ido aprendiendo ella sola; la segunda, pero con tintes de líder, es Nancy Downs (Fairuza Balk), actriz que se caracterizó por interpretar este personaje tan delirante y demente, pero no hipócrita para con sus propósitos, además de ser parte del culto neopagano del siglo XX en la vida real (hasta compró una tienda dedicada a la magia wicca; así es, de la wicca); la tercera y al parecer la más noble con sus propósitos es Bonnie (Neve Campbell), una chica con roses narcicistas; la cuarta, Rochelle (Rachel True), quien interpretó a una chica víctima del bullying por su color de piel y la idea de ser igual a los demás, pues parece que es la única chica afroamericana en el colegio. Luego tenemos al galán Chris Hooker (Skeet Ulrich), el típico chico al que le gusta mofarse y engañar a la chica nueva del colegio. Y como guía espiritual está Lirio (Assumpta Serna), una especie de sacerdotisa que vende artículos para hacer magia blanca en la ciudad donde ellas residen.



La historia se centra en la brujería wicca, nombre referente al sustantivo femenino en inglés witch (bruja), que a la vez proviene de wicce (sabio) del inglés anglosajón; es decir, no hay temas que rindan cuentas al diablo, cosa que también se aclara al inicio de la película, sino a un asunto más complejo. También tenemos el tema de la amistad y la rivalidad entre las cuatro chicas donde no importa el otro, pues cada quien busca su propio beneficio. De este modo, tanto la maldad como la benevolencia se quedan empatados, ya que el poder de la magia consume a todas ellas por la ambición humana. Es decir, la regla del karma cumple su función, aunque en la película tiene otra forma de representarse, y al final se cobra factura tarde o temprano.


La relación con la cultura popular es obvia y hoy en día es un fuerte referente a esta. Por ejemplo, las pintas e imágenes de la Virgen de Guadalupe en varios cameos es muy recurrente; desconocemos el propósito de este, pero es constante y (creemos) extraño, también del pentagrama, la ouija, entre otros relacionados con el ocultismo, así como algunos animales que tienden a representar ciertas características de las personas, uno de estos la serpiente: la renovación. A esto le agregamos los sucesos extraños que ocurrieron en el set de grabación, uno en particular cuando realizan un ritual en el que con velas, animales y el mar de fondo el elenco es atacado por murciélagos, a la vez que sufren un apagón. Todo esto porque el director decidió ser más fiel a las creencias paganas en este trabajo con conjuros reales wicca, entre ellos se une un libro titulado The Book of Ceremonial Magic, que en la película es titulado Invocación del Espíritu. Pues hasta había una sacerdotisa de consulta para darle más “realismo” a los hechizos, sin embargo ella, Pat Devin, tampoco supo explicar los sucesos extraños que pasaron en el rodaje.



Además, de aquí derivan otras series y películas como Charmed (1998), que ocupó en su intro una de las pistas de The Smiths usadas en este film, How soon is now?. Luego está la icónica Mean Girls (2004) con esos toques de la chica nueva: la cuarta, extraña y más poderosa de todas (claro, socialmente como “la abeja reina”); después la fallida The Covenant (2006) en una versión machista. Por último tenemos a la serie de Ryan Murphy The Coven (2013-2014) con Emma Roberts en un papel de bruja suprema con aires de actriz hollywoodense, pero con un lado noble el cual surge cada que está en el infierno atendiendo una tienda departamental. Cabe mencionar las películas que surgieron el mismo año que The Craft, entre ellas The Crucible (Las brujas de Salem, Nicolas Hynter) la cual es protagonizada por la también referente pop, Winona Ryder. A su vez estaba en estreno la serie de una de nuestras brujas favoritas, Sabrina la bruja adolescente, con ese toque humorístico y más fantasioso; por otro lado, casi al término del año, el debut de la primera entrega de la trilogía de Scream (después secuela de cinco largometrajes), llena de referencias a los slasher de los años 80, mismo que volvió a tener a Neve Campbell y Skeet Ulrich como protagónicos, este último ascendiendo de nueva cuenta con la ahora serie adolescente de Netflix Riverdale (2017-2021) como el papá en el que suponemos se convertiría o quizá mejor.



Por otro lado, la música, el vestuario, la escenografía y todos esos efectos especiales son elementos que convirtieron a este film en un referente de la cultura de los noventa y en un icono de la brujería adolescente. De este tipo de cosas quizá también aparecen en la secuela, no remake, The Craft: Legacy; en cambio, esta nueva película no ofrece un argumento más sólido sino hasta el final, que es lo que la mayoría esperaba, pues se supo que después del éxito de la primera cinta se pensó en una secuela para lanzarla en DVD, centrada en la vida de Nancy Downs, personaje que valía la pena volver a ver en pantalla. A ello, le sumamos las también recientes series de Hulu y Netflix, la primera titulada como Light as a feather (2018-2020) en la cual cinco chicas juegan a "liviana como una pluma, tiesa como una tabla" o el favorable remake Chilling Adventures of Sabrina (2018-2020), hasta la serie de brujas súper entrenadas de Amazon Prime Motherland: For Salem (2020)... y así podemos seguir, pero estas son las más recientes y del tipo teenager.


Ambas películas tienen un propósito con el tema de la liberación femenina, uno más acertado que otro. La primera entrega siempre será un clásico y referente oscuro/mágico para las anteriores generaciones y para quienes aún la vimos transmitirse cada Halloween en el dorado Canal 5. Filme que será recordado porque tus papás no te dejaban verla (y que quizá hasta hoy juzguen como ¡hereje!), es un recordatorio del valor de la amistad y de que jugar con la magia para convertirla en magia negra resulta desquiciado, ser los raros que entran al bosque, siempre ha representado un riesgo para la salud mental, atravesando senderos de locura bastante atractivos.




Puedes ver la película entrando al siguiente enlace:


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