El bosque de Aokigahara es uno de los lugares más bonitos y enigmáticos del mundo. Digo, no por nada es conocido por ser el bosque de los suicidios japonés. A mi parecer, le hace justicia a su nombre; pienso que es un buen lugar, o al menos un lugar curioso, para recordar y para morir. Si alguna vez han visto algún documental/blog o un pedo así sobre Aokigahara, se habrán dado cuenta de que en sí no es un bosque tétrico, con un aire de “lugar maldito”, sino una belleza absoluta y mística dentro de la ambientación natural del entorno japonés. Y claro, esta experiencia no sólo recae en el pesar de la vida y su extinción, sino en la experiencia que el bosque nos otorga como parte de una búsqueda y un encuentro con la individualidad. Chingo de proyectos audiovisuales y musicales han tenido una gran influencia de este bosque para construir una estética muy perrona.
Ejemplo de esto es polaroids of polarbears, una banda bien vergas de la Ciudad de México metida en estos rollos del math-rock, el screamo, el post-hardcore y el post-rock desde el 2015. Con un sencillo y un EP que sirvieron como introducción de la banda a este pedo de la escena mexicana independiente, El Laboratorio Que Nadie Sabe Usar (2015) y Prochazka (2018) para ser exactos, los polaroids of polarbears ya nos ha colgado unas rolas magníficas y llenas de una emoción introspectiva. El Prochazka a mí me encanta; rolitas como Conozco a muchos, confío en nadie u Osos Polares neta que me parecen de lo mejor que tienen los polaroids. Tienen esa onda math-rockera con un tinte profundo que busca la definición propia de la identidad de la vida, y la verdad estos temas y este mood creado por los géneros que topan me parecen un gran aporte a la escena mexicana.
Hace poquito, específicamente el 14 de mayo de este año, la banda volvió a rifarse con Aokigahara, un nuevo EP conformado por cinco rolas que nos llevan a un camino de soledad, introspección y mucha energía melancólica. Grabado, mezclado y masterizado en El Refugio Records, Carlos Alcalá, Ian García, Cristian Justiniani y Ana Cervera nos arman en Aokigahara un desmadre parecido al concepto del bosque japonés: un viaje de búsqueda, reencuentro y pérdida de la identidad. Me parece algo muy chingón que hayan escogido este nombre para la rola de apertura y para el EP; creo que es un asunto que le otorga un valor retórico enorme a la configuración sonora y estética de la banda, y por ello la hace mucho más disfrutable y desesperanzador, de cierta forma.
Como ya dije, la rola que abre este EP es homónima al título. Aokigahara ya nos introduce al ruido y a los temas que los polaroid retomarán a lo largo de su nuevo material: la introspección de nuestras mierdas personales. La rola comienza hablándonos sobre la entrada al viaje mediante la visión del otro: “Me quiero hundir más en el mar / Me quiero perder más en el bosque / Porque siempre salgo perdiendo frente a ti”. La rola ya nos define qué vamos a toparnos en todo el EP, musicalmente hablando: guitarras feroces que incluyen momentos de declive y tensión melancólica, un bajo hiriente, una bataca ensordesedora y varias voces que delimitan el dolor, la furia o la nostalgia. Los polaroids saben hacer una gran combinación que nos atrapa desde un inicio.
Después la banda se avienta Ahogado e Interludio. Ahogado nos habla sobre el sentimiento de sentirnos presionados por alguien, tanto que perdemos nuestra propia identidad, mientras que Interludio funciona como un viaje enteramente sonoro que habla por sí mismo. La dos rolas se parecen mucho en varios sentidos, iniciando un viaje de guitarras ágiles que predominan la primera rola para después adentrarse en una imagen ambiental que será construida por el ruido de todos los instrumentos al final del interludio. Hasta este punto, el EP se nos presenta como los primeros pasos de un recorrido hacia el desencanto de la conciencia.
En definitiva, mi rola favorita del Aokigahara es Gerontofobia. Esta rolita sí me saca una que otra lágrima y un gran instinto de querer echar desmadre con los polaroids. La canción ya tenía un video antes de que saliera el EP, y ahora escucharla como parte de una unidad sonora me parece un gran acierto. Además, esta rola me encanta por la lírica y el screamo con la que está construida: “Nacer / Tan solo y gris / Queriendo a mi manera / Tan solo y gris / En este mar tan negro”. Verga, esta rola sí te llega hasta el tuétano. Me mama esta reflexión sobre la personalidad y la identidad manejada a través del concepto de la vejez.
El EP cierra con Jilgeros, que se manifiesta a manera de lamento para hablarnos sobre la autoproclamación de la soledad y la aceptación del abismo. Me parece una gran rola para cerrar el camino introspectivo que trae Aokigahara, como si siguiéramos en ese bosque buscándonos y ahora estamos resignados a morir en las entrañas más profundas del suelo volcánico. Esta rola también es única porque tiene varios momentos y esencias dentro de sí misma. La rola juega con un periodo de desgarro que después se transforma en furia, misma que finaliza sólo con la batería mientras los demás instrumentos se pierden en la infinidad del follaje. Con esta rola terminamos este recorrido temático de las emociones que nos vuelven frágiles a partir de un math/post-rock lleno de vida, con una energía oculta que sólo puede expresarse mediante el canto total del EP.
Neta deben toparse con esta maravilla. Los polaroids of polarbears juegan mucho con el asunto de la revisión personal, indicándonos ciertos motivos y experiencias que configuran la estética de sus rolas. Y claro, a lo largo de este EP tenemos esa constante imagen del bosque Aokigahara como una entidad que matiza todas las emociones y reflexiones personales del EP en varios puntos: la identidad, la soledad y la pérdida. El bosque es un gran concepto para delimitar el autodescubrimiento y la desorientación, y para mí es una de las grandes referencias que tenemos en la escena mexa sobre este lugar y esta emoción humana. El Aokigahara de la banda se parece muchísimo al sentido sensorial del bosque, ya que no se siente como un tratamiento de la muerte, sino como un estado natural de la vida y de nosotros mismos, lo cual le da un gran valor sentimental a la construcción de este álbum. Tópense con este magnífico EP en Bandcamp, además de seguir a la banda en sus redes y toparse con sus rolas anteriores, que para mí también son joyas dentro de la estética sonora de polaroids of polarbears. Dense denso y adéntrense en este viaje de suicidas donde seguro podrán encontrarse.
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