A la mierda. Hace poco volví a ver una de las películas más extrañas y “cabronas” con las que uno puede toparse en este rollo del cine experimental: Begotten (trad. como Engendrado) de Edmund Elias Merhige. Fue de esas veces que estás bien cuajado en tu casa y te pones a buscar en las páginas de Facebook para mamadores cinéfilos y sus pelis de culto. No falta alguien que pide la opinión de los usuarios sobre alguna peli, y de aquí salió esta buena mierda de los 90s. Para quienes no la conozcan, la película nos presenta una estética incómoda, cruda en cierto aspecto, donde lo primero que vemos es la mutilación de Dios por su propia mano, seguido del nacimiento de la Madre Tierra de su cadáver, quien, después de hacerle una chaqueta al cadáver de Dios, queda embarazada por su semen sagrado y de ella nace el Hijo de la Tierra, que va a ser asesinado y resucitado chingos de veces por unos nómadas. Cuando lees y ves la multitud de interpretaciones sobre la película, después de aguantarla una hora y cacho, te quedas con cara de pendejo. Y no es porque la película sea sólo para estómagos valientes (yo soy bien puta miedosa y la aguanté), sino porque toda esa estética en blanco y negro saturado y la lentitud desembocan en una catarsis emocional a la que cada uno reacciona de diferentes maneras. Muchos dicen que es pretensiosa; yo la veo como un asunto de expresión que toca varios puntos en cada uno. El valor de esta madre es la interpretación y la experiencia propia que le da a todos los vatos decididos a buscarla en YouTube y no morir en el intento.
Días después de ver esta madre me topé con un proyecto de post-rock y post-hardcore que me dejó más o menos de esta forma. Ustedes ya saben que encuentro este tipo de coincidencias más que fortuitas para desarrollar estas breves recomendaciones de música independiente, y neta que hoy veo mucho más esta relación de hechos de varias formas. Como sea, entrando y viendo qué chingados pasaba (otra vez) en los grupos de post-rock y shitposting en Facebook me topé con el proyecto de Alfonso Martell, quien ahí mismo andaba promocionando sus más recientes rolas colgadas en YouTube y Bandcamp. Entré de chismoso a ver qué pedo y luego luego relacioné su música con la película. Quienes no estén tan acostumbrados al hardcore podrá parecerles similar en la reacción emotiva: incómoda, cruda en su esencia, pero nada más alejado de la realidad. Alfonso empata en este sentido con Begotten por ser una experiencia íntima, formada en una relación muy chingona entre el autor, su obra y nosotros, los mortales receptores.
El proyecto de Alfonso Martel está dedicado a la voz. Este es su elemento primordial. Claro, cada instrumento está ejecutado desde una agresividad terrorífica, edificada en un ir y venir de sensaciones dispersas y llenas de ansiedad, pero la voz y su mensaje es otro pedo. Ese screamo y esa lentitud para destruir nuestra mente me hacen recordar a la propia voz de Zeta, otra banda chingonsísima de post-hardcore. Pero que no quede duda, Alfonso Martell tiene sus propias intenciones, temas y desgarros. La voz es única porque se complementa y se apaña totalmente de la ecuación total que es este proyecto de post-rock/hardcore.
La primera rola que escuché del compa fue Epítome de la desesperanza, y me recordó a Beggoten desde su miniatura de YouTube: una puerta y una reja en saturación blanco y negro. Para que me entiendan tienen que toparse la película, pero no es taaan necesario. Comencé a escuchar esta rola y desde ahí me atrapó. Es un post-hardcore que viene acompañado de un ambient/post-rock muy denso, plagado de esta emotividad y desgarro que hacen del género una delicia en conjunto. Epítome de la Esperanza bien podría ser incómoda por ese ambient de campanas que nos meten al rollo de la desolación, pero todo ello se complementa de gran forma a través de los instrumentos y su propia fuerza. La lírica también tiene ese mensaje desolador que llega a inquietarnos a través del llanto del screamo: “desesperado / arrojo el dolor / por las ventanas / que miran mi interior / son los secretos / que el mundo olvidó / son las preguntas / que dios no contestó”. Esta rola me dejó picado, y tuve que buscarle para meterme más en el proyecto. En YouTube estaban alojadas la mayoría de sus rolas.
Pocos días después, el proyecto de Alfonso apareció recopilado en Bandcamp bajo un EP llamado Senderos Inconclusos. Y alv, qué buen EP tiene armado este compa. Desde su primera rola, Desolación (intro), el buen Alfonso nos prepara para este trip de densidad, agresividad, contrastes y una armonía difícil de explicar, pero exquisita de oír. En esta rolita el post-rock reluce con una guitarra y un violín navegando por un noise de mareas al viento. Ya en las siguientes rolas viene el desmadre y la estética a lo Begotten.
En Lugar Imaginario, este violín continúa a consecuencia del hilo con la canción anterior, pero éste desaparece para dar paso al post-hardcore más atrevido y crudo. Aquí ya vemos cómo la voz explota en ese screamo lírico, hablándonos sobre el esfuerzo y la mierda en nuestra contra: “Por las noches olvido descansar / El silencio roba mi realidad / Los recuerdos se empiezan a apropiar / De mis sueños y de mi voluntad”. Esta rola está muy cabrona porque nos abre el panorama de expectativas sobre lo tétrico y profundo que es el post-hardcore de Alfonso. Tiene un riff de guitarra bien pinche agresivo/macizo que me dejó todo cuajado; es una rola espectacular. Dedos Rotos también comparte esta explosión de riffs, agregando un tapping en medio del screamo y la solemnidad de la rola. Hay varios acordes y sonidos graves que le agregan esa densidad característica, mezclando una especie de sutileza con furia en la guitarra. Desilusión (instrumental) le añade ese respiro al EP, pero sin esa sensación de descanso. Es un toque de potencia que permite un momento de climax y descontrol frenético sólo a la voz del EP, ya que para nosotros esta emoción y esencia jamás se detiene.
Después viene, ahora sí, la Epitome de la desesperanza, de la que ya hablamos como parte fundamental del desgarro. Introspección y Detrás de la pared son las rolas que cierran el álbum, y no podría haber un mejor final que esta fase nostálgica guiada por estas dos rolitas. Tal como lo dice su nombre, Introspección nos lleva a recorrer los senderos de nosotros mismos, hablando sobre el dolor y la pertenencia de nuestro espíritu: “Me siento aquí observando lo que el tiempo está robando / Nuestras miradas nunca cambian, pero se van nuestras palabras / Me siento aquí observando lo que el viento ha apagado / Yo seguiré esperando aunque mi tiempo está contado”. Detrás de la pared es la rola perfecta para completar el ciclo del Senderos Inconclusos. La rola en sí misma nos prepara para el gran final de forma consciente, cosa que nunca ocurre, de cierto modo. Tal como lo indica el nombre del EP, esta rola refleja el camino interminable donde jamás se llega hacia el final. Parece que la rola despega hacia un final apotéosico, rodeado de un sonido excitante muy a lo post-hardcore que se irá calcinando poco a poco; sin embargo, esto jamás ocurre. Los riffs se quedan en las sombras, generando una vibra pesada que nos hace parte del dolor y la verdad. La propia voz lírica en la rola ya nos lo advierte: “Trata de correr de tu destino / por más pasos que das te encontrará / trata de cambiar tu camino / al final perecerás donde debías estar [...] Detrás de las paredes el destino es no encontrar / ¿para qué sigo buscando?”. Detrás de la pared es una oda a la rendición, al instante de certeza donde estamos sujetos a las inmundicias del tiempo y la memoria. Me parece un final muy justo que comparte un doble código, centrando nuestros sentidos en el desgarro de la voz y los instrumentos que poco a poco se irán perdiendo en la distancia. Todo el sufrimiento del personaje del EP culmina en este punto, y creo es un buen final para todo el recorrido que Alfonso Martell planea para nosotros.
Ya después de escuchar todo el EP sigo pensando que éste sería un buen acompañamiento para Begotten. Gran parte de las rolas, si no es que todas, nos hablan sobre esta inmundicia de la mortalidad y la incertidumbre del propósito de la vida, cosa que también se nos plantea en una que otra interpretación de la película. Creo quedaría muy chingón hacerle un video-sencillo a alguna rolilla de Alfonso con varios fotogramas y escenas de la aclamada y odiada Begotten. Si no han visto la película, recomiendo que la vean; tiene buena mierda experimental y no está tan traumante como dicen. Hasta han agarrado fotogramas para hacer de esos pinches video-memes de imágenes de terror con rolas vergas de fondo.
También tienen que toparse con el proyecto de Alfonso Martell. Si les late esta vibra siniestra, pero ejecutada de manera magistral, definitivamente tienen que toparlo. También hay que darle méritos al compa, porque él solito se rifa cada instrumento y aún así logra un ensamble muy cabrón, lleno de una adrenalina que nos llega hasta el cartílago de los huesos con un lamento digno del post-rock/hardcore. Senderos Inconclusos juega con nuestras expectativas y las rompe, creando para nosotros algo único, capaz de molernos los sesos en antiguos rituales de introspección sonora. Dense denso con su EP colgado en Bandcamp y apoyemos este tipo de proyectos que hablan por sí mismos en la oscuridad de sus placeres.
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