Así es, amiguitos. Regresamos con las grandes proezas sonoras de una de las bandas más cabronas de la escena del post-hardcore/screamo/mathcore mexa-poblano: Leñadores¡. Ya sé, ya sé, hace algunos meses hablamos de ellos en nuestras reviews de sus sencillos anteriores, Fragmentos y Bambino Estrella (que pueden chutarse picándole aquí), pero qué mejor forma de terminar/iniciar el año que con uno de los EPs más esperados, fortuitos y bien ejecutados de la escena hardcore del país: Fortem Futurum, el nuevo álbum de Leñadores¡ y una ola de pulsaciones sonoras que nos llevan al descontrol y al caos más explícito. Una chulada, la neta! Fortem Futurum es un trabajo que le rinde honor a su nombre y a su género para brindarnos uno de los pináculos-estrenos más vergas de este año (pasado), logrando un álbum lleno de sorpresas, aciertos y un aura singular e inimaginable.
Ya conocemos la producción de este nuevo EP. Grabado entre los estudios del Tecnológico de Monterrey Campus Puebla y Estudios Guajiro, mezclado por Rolando Huesca en éste último y masterizado por Víctor García en Ultramarinos Mastering, escuchar el Fortem Futurum es una delicia y un viaje entre las arritmias y abismos más pronunciados del post-hardcore mexa. Es relativamente difícil describir lo que uno siente y percibe con este álbum porque es un recorrido que está predispuesto a múltiples interpretaciones-sensaciones desde su construcción sonora. Los mensajes del álbum son claros: la debilidad, la reconciliación, el hedonismo, la ansiedad, el auto-reconocimiento y el tiempo son temas que invaden la totalidad lírica-conceptual del álbum desde una perspectiva íntima y consciente: "Creíste que te habían dejado en paz / Respira porque ahí vienen otra vez / Los años dejaron sus marcas / La vida te pidió a gritos que te liberaras de una vez"; "Mi cuerpo / El tiempo / Libérate! / Contempla el panorama". Sin embargo, el recorrido sonoro-contextual de este EP es una situación tan diversa y detonante que lo convierte en un álbum verguísima para aventarnos a lo incómodo y a lo vehemente de una sentada. Una de las cosas que Leñadores¡ hace de forma magistral es eso: conducirnos a través de sonidos inquietantes, amargos y complejos que aceleran o se detienen según la necesidad de cada rola y cada imagen.
Tenemos que decirlo: entre Shasha, Sergie y Tony se arman un relajo incomparable. Lo he mencionado en las otras reseñas, Leñadores¡ tiene un estilo apoteósico que sabe jugar con la brevedad, la furia y la percepción de nosotros mismos, y con Fortem Futurum esta idea no se queda atrás. Todas las rolas del álbum son únicas y se dirigen hacia diferentes caminos; eso es lo delicioso del EP: hay diversas mutaciones que lo hacen divertido e infatigable. Bambino Estrella, Lactosa Galopante, La Mandíbula de un Toro no es Comestible y Fragmentos son canciones que van oscilando y evolucionando entre el más puro estilo post-hardcore/mathcore, con esos toques de agresividad y aspereza sonora que se acoplan a los madrazos del bajo, la guitarra y la bataca, y un screamo que casi le tira al emoviolence, donde los gritos y las reiteraciones son mucho más pronunciadas y desgastantes. La banda realiza una mezcla muy bien conceptualizada del tiempo en este nuevo álbum, contemplando un paisaje donde las pausas, las aceleraciones y las caídas tienen un mayor peso para detonar las diferentes arcadas y movimientos sonoros.
Un adjetivo que podría describir todo el desmadre del álbum sería asfixiante, y no en un mal sentido. Fortem Futurum jamás se detiene y no permite ningún momento de sosiego o respiro, y aún así se convierte en un álbum redondito y espléndido por donde quieran verlo. Desde el comienzo de Bambino Estrella ya sabemos a lo que venimos: a una precipitación de valentía, ruido y complejidades auditivas. A esto agréguenle que la banda incluya a otro peso de oro del griterío mexa como Fernando Obregón (Naïveté) para iniciar el EP... las explicaciones sobran para expresar qué tan fregona queda esta rola y todo el álbum en general. Las siguientes canciones complementan esta estrategia con lo mejor de Leñadores¡: instrumentos caóticos, voces invasivas y una suerte de dinamismo que impide al álbum deteriorarse. Mientras que tenemos rolas netamente agresivas como Lactosa Galopante y La Mandíbula de un Toro no es Comestible, el camino del álbum se contrasta y culmina con Fragmentos, que le pone un alto a la fuerza de las rolas anteriores y le agrega diversos instantes de emotividad, frescura y conciencia de lo ya experimentado.
Con tan sólo cuatro rolas, Fortem Futurum viene a expandir nuestro universo de post-hardcore mexa con una nota altísima. En pocas palabras, una de las mejores publicaciones del año pasado y un gran acierto en esta transición del neo-apocalipsis hacia un nuevo año. Contrastándolo un poquito con el EP anterior de la banda, el ya mítico homónimo Leñadores¡ s/t (2017), este nuevo trabajo es una salvajada total; si la banda ya echaba desmadre punk/post-hardcore desde hace un par de años, este EP lleva su sonido a otros niveles y posiciona a Leñadores¡ como una de las bandas más chambeadores del estado de Puebla. Tal y como lo indica su título, Fortem Futurum se presenta como un trabajo esperanzador, valiente y enérgico, nacido de la época de (pre)pandemia para augurar un ciclo interminable de tensión y aspereza sonora. Esperemos que pronto podamos disfrutar de estas nuevas rolas en un show en vivo; nada mejor que seguir viviendo y esperar el milagro de slamear a gusto con un gran post-hardcore mejicano.
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