Vámonos sin rodeos. Este pedo del shoegaze tiene chingos de vibras para diferentes cuerpos y diferentes momentos. Me late el género porque dentro de su tentativa “pureza”, melancolía y densidad, existen otras sensaciones que nada tiene que ver con la tranquilidad de su premisa. El shoegaze también puede ser un ruido tormentoso y agresivo, casi como un rugido que nos hace experimentar buenos trips y nos mueve las entrañas de formas casi imperceptibles. Hay chingos de bandas que me laten dentro de este género, ya sean de la antigua vanguardia o de la nueva escuela del shoegazer, y cada una de ellas tiene algo especial dentro de su concepto. La experimentación juega un papel bien importante para desarrollar esa identidad y ese mood característico para las experiencias de nosotros, los rucos shoegazers.
Fue así que, viajando por allí y por allá en las redes sociales y gracias a las recomendaciones de los compas, me topé con Lancastell, un proyecto mexa que experimenta con el shoegaze desde el 2016-17 para entregarnos buena música en estos tiempos de aislamiento, donde sólo queremos entrar en un ambiente de descanso e introspección. La banda lanzó recientemente un nuevo EP titulado Astenia, y veeeerga, qué buenas rolas se andan cargando estos compas. Antes de escuchar este nuevo material me avente algunas rolillas de antaño y ahí encontré joyitas como Melted Paradise, Across My Dreams y This Old Child; también me di cuenta de que Lancastell es una gran proyecto que juega con esas variaciones del reverb, los bajos multifacéticos, la potencia de la bataca y una modulación de voz espectacular.
Desde hace un par de años, Lancastell ya tenía una propuesta muy cabrona para los que disfrutamos de este pedo del shoegaze y sus variantes emotivas, además de otros rollos como el noise y dream pop. Pero lo bueno comienza en este nuevo EP. Grabado en el Maquiladora Studio y mezclado y masterizado en Origami Pink, el Astenia es un EP maduro que en tan sólo cinco rolas nos lleva por un trip tremendo y lleno de una vibra alucinante. Interpretado por Osvaldo, Omar, Kevin y Mauricio, el Astenia se va por un camino ultra delicioso, con sonidos envolventes y una lírica que nos recuerda a las situaciones amorosas de la vida cotidiana desde el inglés o el español, cosa que se agradece un chingo para darle variedad al EP y presentarnos cómo es que tiene que cuajarse un buen material shoegaze en nuestra lengua.
No sé si estaré en lo correcto, pero Lancastell tiene una vibra que se manifiesta en varias vertientes del shoegaze. Por una parte, su sonido me recuerda a las bandas macizas que iniciaron este rollo del género, como si el guitarrazo de los Bloody se mezclara con alguna reminiscencia de Catherine Wheel; pero a la vez, el desmadre que arman los Lancastell me recuerda a esa vertiente japonesa del shoegaze en cuanto a la forma en que saben crear esa profundidad sonora y ese instinto nato para crear ambientes macizos. Algo de ellos me recuerda a Lemon´s Chain. El Astenia entra en estas dos vertientes para darnos un EP lleno de nostalgia, energía y un mood muy curioso que juega en un viaje de emociones y de expresiones auditivas.
El EP abre con Inner Peace, que ya nos deja ver la cara más poderosa de este álbum con una mezcla de instrumentos vibrantes y un contexto al mejor estilo del shoegaze. Try to Stay le sigue y es un pequeño descanso que abre la otra parte estética de la banda, presentándonos una melodía mucho más pasiva y melosa, en cierto aspecto. Esta rola sí te va metiendo poco a poco en un descenso a la profundidad del dream pop, que evoluciona en la ruptura del éxtasis con la rola homónima al EP, Astenia. La canción es una delicia por ese ir y venir de ritmos y la letra en español, logrando una melodía constante y llena del clásico reverb.
Pray For Us, la rolita que sigue, es una de las mejores interpretaciones de este EP. Verguísima esta rola. Es, en definitiva, mi favorita de este álbum, sobre todo por recuperar la escuelita auditiva de Slowdive para adentrarse en esta creación sonora de armonía y profundidad emotiva. No tienen idea de cómo explota esta rola en diferentes momentos y niveles. Es una experiencia gratificante que tienen que escuchar sí o sí. Finalmente, el EP cierra con Love of Mine, que me parece una gran conclusión para la búsqueda estética que Lancastell planeta en este álbum. Siento que tiene ese mood de despedida, pero no precisamente por ello se termina todo este movimiento descontrolable y sincero que se planeta a lo largo del EP. Astenia es una experiencia individual, como todo buen shoegaze, con ese toque armónico y ese ruido de fondo que nos recuerda las situaciones del amor, el dolor, el olvido, la extrañeza y la esperanza como si fuera parte del recorrido de nuestras vidas.
Tienen que escuchar toda la propuesta que Lancastell tiene para todos en estos rollos del shoegaze. Neta que son un gran ejemplo de cómo hacer un sonido único desde la tradición más bella y más ruidosa, logrando un EP conciso y repleto de destellos de armonía y claridad. Tópense con el Astenia en Spotify y Bandcamp; además, sigan a la banda en sus redes sociales. Seguro les van a sacar una sonrisa, un sentimiento de introspección enorme o una caída al abismo.
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